jueves, 31 de mayo de 2012

Basta de discriminación salarial de la mujer trabajadora

Llega un nuevo 8 de marzo, y con él la hipocresía, las sesiones fotográficas, los bandos institucionales y declaraciones de buenas intenciones, que persiguen desenmascarar una realidad: La discriminación salarial de la mujer trabajadora en España en relación al hombre es del 28%, casi el doble del porcentaje medio que se registra en la Unión Europea, donde la diferencia de salarios por un trabajo similar o equivalente es de un 15%.
Y lo que resulta más preocupante: la ausencia de datos empíricos que muestren una reducción de esta indigna e ILEGAL discriminación de la mujer.
La ausencia de una conciliación laboral y familiar, la concentración del empleo femenino en reducidas actividades económicas, su mayor temporalidad laboral, empleo parcial y dificultad para lograr ascensos, reservan a la mujer una menor remuneración salarial que la del hombre. ¿Sus consecuencias? Un menor poder adquisitivo, menor independencia económica, ser aun más vulnerables al maltrato, una pérdida inaceptable de recursos para la sociedad –al no permitir el desarrollo pleno de la mujer- y una mayor desprotección social, pues el menor salario acarreará menores prestaciones por desempleo e incapacidad, así como pensiones más reducidas.
Discriminación no vinculada al déficit de formación, pues estudios empíricos nos muestran como la discriminación salarial se incrementa con la formación. Que desenmascara la falacia de que la menor remuneración de las trabajadoras sea debida a su falta de formación, cuando más del 60% de los titulados universitarios en 2010 fueron mujeres y aquellas que trabajaban en aquellos sectores económicos donde predominaba el empleo masculino resultaron ser las primeras despedidas.
La propia realidad nos muestra que la prohibición legislativa de la discriminación laboral es insuficiente para combatir la discriminación salarial. DEMADANDO para ello la creación de instituciones que garanticen la plena aplicación de la ley, la obligatoriedad de la igual salarial para acceder a contratos públicos, la promoción de una educación sin prejuicios, de una formación profesional y de servicios de empleo.
Mención especial merecen aquellas mujeres que han renunciando a desarrollarse profesionalmente porque -por decisión propia- se dedican a su familia, especialmente sus hijos o/y familiares dependientes. Mujeres que han renunciado a cualquier derecho como trabajadores y a toda protección social; y para las que solicitamos un SALARIO SOCIAL que remunere el trabajo que desempeñan, el cual cae normalmente en el olvido y es extremadamente necesario para el buen desarrollo social de la comunidad nacional.
Un informe británico estima que un ama de casa, si sus tareas fueran pagadas con el salario medio de trabajos similares, debería percibir casi 40.000 euros anuales, algunas llevan toda su vida entregadas a los suyos y nunca han recibido nada, ni siquiera reconocimiento por parte de la sociedad.
Un nuevo 8 de marzo aprovechamos para DEMANDAR:
1.- A igual trabajo igual salario.
2.- Una real conciliación laboral y personal. No una conciliación enmascarada en la renuncia a un trabajo digno, que permita precarizar las relaciones laborales.
3.- La conversión de los contratos temporales en indefinidos.
4.- Una mayor protección económica y social de todos los trabajadores.
5.- Un mayor reparto del trabajo: Reducción de la jornada laboral a 30 horas semanales sin reducción del salario.
6.- La consideración de los sábados trabajados como día festivo.
7.- La supresión de las ETTs.
8.- La supresión de las subvenciones públicas a clase política, organizaciones empresariales y sindicatos. Así mismo retirar subvenciones a ONGs y asociaciones en las que su labor, no repercuta positivamente directamente sobre los ciudadanos nacionales.
En un día como el de hoy, no podríamos olvidarnos de las 146 trabajadoras que en 1908 murieron abrasadas en la fábrica en la que trabajaban, reivindicando un salario digno, salubridad, jornada laboral de 8 horas diarias, descanso semanal y derechos sindicales para la equiparación con los derechos de los trabajadores. Casi cien años después, seguimos reivindicando lo mismo, conscientes de que únicamente por medio de nuestra organización lograremos neutralizar los ataques a los que estamos siendo sometidas como mujeres y trabajadoras.
¡¡A IGUAL SALARIO, IGUAL TRABAJO!!
¡¡BASTA DE EMPLEOS Y SALARIOS BASURA!!
¡¡POR UN AÑO CON 365 CONSCIENTES DEL 8 DE MARZO!!

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