Basta de discriminación salarial de la mujer trabajadora
Llega un nuevo 8 de marzo, y con él la
hipocresía, las sesiones fotográficas, los bandos institucionales y
declaraciones de buenas intenciones, que persiguen desenmascarar una
realidad: La discriminación salarial de la mujer trabajadora en España en relación al hombre es del 28%,
casi el doble del porcentaje medio que se registra en la Unión Europea,
donde la diferencia de salarios por un trabajo similar o equivalente es
de un 15%.
Y lo que resulta más preocupante: la
ausencia de datos empíricos que muestren una reducción de esta indigna e
ILEGAL discriminación de la mujer.
La ausencia de una conciliación laboral y
familiar, la concentración del empleo femenino en reducidas actividades
económicas, su mayor temporalidad laboral, empleo parcial y dificultad
para lograr ascensos, reservan a la mujer una menor remuneración
salarial que la del hombre. ¿Sus consecuencias? Un menor poder
adquisitivo, menor independencia económica, ser aun más vulnerables al
maltrato, una pérdida inaceptable de recursos para la sociedad –al no
permitir el desarrollo pleno de la mujer- y una mayor desprotección
social, pues el menor salario acarreará menores prestaciones por
desempleo e incapacidad, así como pensiones más reducidas.
Discriminación no vinculada al déficit
de formación, pues estudios empíricos nos muestran como la
discriminación salarial se incrementa con la formación. Que desenmascara
la falacia de que la menor remuneración de las trabajadoras sea debida a
su falta de formación, cuando más del 60% de los titulados
universitarios en 2010 fueron mujeres y aquellas que trabajaban en
aquellos sectores económicos donde predominaba el empleo masculino
resultaron ser las primeras despedidas.
La propia realidad nos muestra que la
prohibición legislativa de la discriminación laboral es insuficiente
para combatir la discriminación salarial. DEMADANDO para ello la
creación de instituciones que garanticen la plena aplicación de la ley,
la obligatoriedad de la igual salarial para acceder a contratos
públicos, la promoción de una educación sin prejuicios, de una formación
profesional y de servicios de empleo.
Mención especial merecen aquellas
mujeres que han renunciando a desarrollarse profesionalmente porque -por
decisión propia- se dedican a su familia, especialmente sus hijos o/y
familiares dependientes. Mujeres que han renunciado a cualquier derecho
como trabajadores y a toda protección social; y para las que solicitamos
un SALARIO SOCIAL que remunere el trabajo que desempeñan, el cual cae
normalmente en el olvido y es extremadamente necesario para el buen
desarrollo social de la comunidad nacional.
Un informe británico estima que un ama
de casa, si sus tareas fueran pagadas con el salario medio de trabajos
similares, debería percibir casi 40.000 euros anuales, algunas llevan
toda su vida entregadas a los suyos y nunca han recibido nada, ni
siquiera reconocimiento por parte de la sociedad.
Un nuevo 8 de marzo aprovechamos para DEMANDAR:
1.- A igual trabajo igual salario.
2.- Una real conciliación laboral y
personal. No una conciliación enmascarada en la renuncia a un trabajo
digno, que permita precarizar las relaciones laborales.
3.- La conversión de los contratos temporales en indefinidos.
4.- Una mayor protección económica y social de todos los trabajadores.
5.- Un mayor reparto del trabajo: Reducción de la jornada laboral a 30 horas semanales sin reducción del salario.
6.- La consideración de los sábados trabajados como día festivo.
7.- La supresión de las ETTs.
8.- La supresión de las subvenciones
públicas a clase política, organizaciones empresariales y sindicatos.
Así mismo retirar subvenciones a ONGs y asociaciones en las que su
labor, no repercuta positivamente directamente sobre los ciudadanos
nacionales.
En un día como el de hoy, no podríamos
olvidarnos de las 146 trabajadoras que en 1908 murieron abrasadas en la
fábrica en la que trabajaban, reivindicando un salario digno,
salubridad, jornada laboral de 8 horas diarias, descanso semanal y
derechos sindicales para la equiparación con los derechos de los
trabajadores. Casi cien años después, seguimos reivindicando lo mismo,
conscientes de que únicamente por medio de nuestra organización
lograremos neutralizar los ataques a los que estamos siendo sometidas
como mujeres y trabajadoras.
¡¡A IGUAL SALARIO, IGUAL TRABAJO!!
¡¡BASTA DE EMPLEOS Y SALARIOS BASURA!!
¡¡POR UN AÑO CON 365 CONSCIENTES DEL 8 DE MARZO!!
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