El
movimiento homosexual presenta una visión idílica y romántica de su
estilo de vida, a la que fielmente hacen eco la industria del
entretenimiento y la media de izquierda. Hollywood presenta a
los homosexuales y lesbianas como jóvenes, de buena apariencia,
saludables e irradiando felicidad. Asimismo, las "parejas"
homosexuales son presentadas como románticas y exitosas.
Esta
imagen de la pantalla está en completa contradicción con la trágica
realidad y contribuye poderosamente a la aceptación o al menos a la
indiferencia con que muchos ven la legalización de tales uniones.
a. La trágica realidad
La
trágica verdad es que esta imagen romántica de “amor” homosexual
contrasta con la realidad. Detrás del alegre barniz, el estilo de vida
homosexual está lleno de violencia, infidelidad y trauma.
Los
hechos fríos y rudos prueban que el sentimentalismo erótico (y
neurótico) entre personas del mismo sexo nada tiene del amor conyugal,
que une a un hombre y a una mujer en el legítimo matrimonio tradicional
contraído de acuerdo con el plan de Dios y la ley natural. Ninguna
coreografía puede ocultar la verdad.
b. Una “monogamia” indeseada
Si la
homosexualidad quiere ser aceptada como normal, necesita parecerse con
la heterosexualidad. Por esta razón, el Movimiento homosexual crea el
mito de la “monogamia” homosexual (1) en el cual las "parejas"
estables guardan una “fidelidad” semejante a la del verdadero
matrimonio.
Sin
embargo, una relación basada en un sentimiento y una tendencia desviados
no puede crear las condiciones para la fidelidad que se encuentran en
el verdadero matrimonio monogámico. Las pocas "parejas" homosexuales
que mantienen vínculos estables son excepcionales. Además, la
estabilidad en el mundo homosexual no significa fidelidad.
En
realidad, el mito de la “monogamia” va en sentido contrario a la
experiencia homosexual. En un estudio de jóvenes homosexuales
holandeses, la Dra. Maria Xiridou, del Servicio Municipal de Salud de
Amsterdam indicó que las relaciones duran una media de entre 1 y 1½
años. Ella también informó que cada homosexual tiene al mismo tiempo
como promedio otras ocho "parejas" por año.(2)
La activista les-biana Brenda Schumacher afirma que “no todas las lesbianas están interesadas en la monogamia o en la monogamia sucesiva.” (3)
El psicólogo Gerard van den Aardweg afirma: “La intranquilidad homosexual no
puede ser apaciguada, mucho menos teniendo una pareja, porque estas
personas son impelidas por un insaciable deseo de una inalcanzable
imagen fantasiosa.” (4)
c. Haciendo que el Marqués de Sade “parezca una enfermera de la Cruz Roja”
Marshall Kirk y Hunter Madsen afirman: “Los hombres homosexuales
tienden a traer a su relación una serie de conceptos erróneos, neurosis
y expectativas irreales, y sobrecargan sus amoríos más allá del punto
en que pueden manejarlos.” (5)
No podría ser de otro modo en una relación basada en una pasión antinatural y desordenada de la carne. Como San Pablo enseña: “Ahora
la obra de la carne es obvia: inmoralidad, impureza, vida licenciosa,
idolatría, brujería, odios, rivalidad, celos, explosiones de furia,
actos de egoísmo, disensiones, discordias, ocasiones de envidia,
borracheras, orgías y cosas semejantes.” (6)
Kirk y Madsen dan una cierta visión de cómo las palabras de San Pablo se aplican al mundo homosexual: “El bar homosexual es
la arena de competencia sexual que saca a la luz todo lo que es más
repugnante en la naturaleza humana. Allí, despojados de la apariencia de
sabiduría y euforia, los homosexuales se revelan como
obstinados y egoístas predadores sexuales… y representan papeles de
desdén y crueldad que hacen que el Conde de Sade parezca una enfermera
de la Cruz Roja.” (7)
d. Un infierno de promiscuidad
La
promiscuidad del estilo de vida homosexual bordea lo inimaginable. Todas
las estadísticas, memorias y biografías homosexuales señalan la
promiscuidad, con consecuencias abismales en materia de salud pública y
social.(8)
Esto se
debe a que los homosexuales simplemente no ven la promiscuidad como
perjudicial. Como dice el escritor homosexual Lars Eighner: “No veo nada errado en la promiscuidad homosexual. Pienso que es uno de los aspectos más positivos de la vida homosexualque la gente de circunstancias muy diferentes puedan alcanzar intimidad muy rápidamente.” (9)
Thomas E. Schmidt, director del Westminster Institute, de Santa Bárbara [EE.UU], nota que “la promiscuidad entre hombres homosexuales no es un mero estereotipo, y no es sólo la experiencia mayoritaria – es virtualmente la única experiencia.” (10)
Los
científicos sociales Robert T. Michael, John H. Gagnon, Edward O.
Laumann y Gina Kolata realizaron una amplia encuesta sobre el
comportamiento sexual norteamericano y publicaron su trabajo en 1994.
Los autores comentan las investigaciones hechas por los Centros para el
Control y Prevención de Enfermedades en 1982, cuando el SIDA apareció, y
concluyen: “Los hombres homosexual con SIDA entrevistados a
comienzos de 1980 informaron que tenían como promedio 1.100 "parejas"
en sus vidas y algunos habían tenido muchas más.” (11)
e. Tasas más altas de “violencia doméstica”
El estilo de vida homosexual es también caracterizado por tasas más altas de violencia doméstica.
Quizá influenciada por el enfoque de Hollywood, Kali Munro, psicoterapeuta de lesbianas, escribe: “Cuando oí hablar por primera vez acerca de la violencia en las relaciones entre lesbianas, me pareció difícil de creer. No calzaba con mi imagen idealizada de la comunidad les-biana.” (12)
Numerosos
autores documentan la violencia en "parejas" homosexuales y
lesbianas.(13) Un estudio publicado en diciembre de 2002 en el American Journal of Public Health concluyó:
Las
tasas de víctimas de agresiones entre hombres urbanos que mantienen
relaciones sexuales con hombres, son substancialmente más altas que
entre hombres heterosexuales y posiblemente mujeres heterosexuales. Se necesita hacer esfuerzos de salud pública dirigidos a la violencia íntima entre esos hombres.(14)
Mayor abuso de alcohol y drogas
También se informa de tasas más altas de abuso de alcohol y drogas. El Dr. Schmidt proporciona hallazgos significativos:
Un estudio de Boston encontró que por los años 1985-1988, 80 por ciento de 481 hombres homosexuales
habían usado marihuana…60 por ciento cocaína, 30 por ciento anfetaminas
y 20 por ciento LSD. Un estudio canadiense en 1988-1989 encontró que
76,3 por ciento de 612 hombres homosexuales consumían
habitualmente alcohol, 32,2 por ciento tabaco, y 45,6 por ciento al
menos una droga. Un estudio nacional de 1.924 mujeres homosexuales
realizado en 1984 encontró que el 83 por ciento bebía regularmente
alcohol…el 47 por ciento fumaba marihuana y el 30 por ciento fumaba
regularmente tabaco.
Cuando
estos estudios consideran las conexiones [entre tales factores],
muestran una correlación directa entre el número de parejas, el uso de
droga y la probabilidad de sexo inseguro.(15)
f. SIDA y enfermedades sexualmente transmitidas
En Julio
de 2002, la Asociación Médica de homosexual y lesbianas publicó un
boletín sobre asuntos de salud especialmente dedicado a los
homosexuales. En la publicación se observa:
Las enfermedades sexualmente transmitidas se producen en una alta tasa entre hombres homosexual sexualmente
activos. Esto incluye infecciones EST que tienen tratamiento efectivo
disponible (sífilis, gonorrea, clamide, parásito púbico y otras), y por
otras para las cuales no hay cura disponible (HIV, Virus de Hepatitis A,
B o C, Virus Papiloma Humano, etc.).(16)
Según
los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el total
estimado de casos de SIDA en adultos en Diciembre de 2002 era de
877.275. De este número, un total de 496.354 adultos, o 57 por ciento,
murieron. El desglose de estos 877.275 casos por grupos de riesgo
muestra que 420.790 casos, o 48 por ciento, resultan de contacto sexual
entre hombres. Otros 59.719 casos, o 7 por ciento, resultan de una
combinación de contactos entre hombres y uso de inyección de drogas.(17)
Considerando que los hombres homosexuales suman menos que el tres por
ciento de la población masculina, la desproporción es impresionante.
En su publicación “Una Mirada a la Epidemia HIV” el CDC afirma: “Por riesgo, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (MSM) representan la mayor proporción de nuevas infecciones.”
El boletín también estima que el 60% de todas las nuevas infecciones
con SIDA, cada año, resulta de contacto sexual de un hombre con
otro.(18)
g. Luchando con el suicidio
La
depresión grave, así como pensamientos e intentos suicidas son también
más frecuentes entre los homosexuales, especialmente cuando son jóvenes,
que en la población en general. Aparecen estudios, uno tras otro, con
los mismos resultados en ese sentido.
En su estudio de 1997 de 750 hombres entre 18 y 27 años de edad, Christopher Bagley y Pierre Tremblay informaron:
Tasas significativamente más altas de ideas y acciones suicidas ya ocurridas fueron informadas por hombres de orientación homosexual, llegando a 62,5% los que intentaron suicidarse. Estos hallazgos, que indican que los hombres homosexuales y bisexuales están 13,9 veces más en riesgo de un intento serio de suicidio, son coherentes con conclusiones anteriores.(19)
h. Jugando con fuego
Estos
hechos prueban que la analogía entre la unión homosexual y el matrimonio
tradicional no tiene base. Tasas más altas de violencia, epidemias y
suicidio indican un estilo de vida que pone a sus trágicas víctimas en
alto riesgo. En realidad, quienes entran en este altamente promiscuo e
intranquilo mundo están jugando con fuego.
sacado de:
http://www.cruzadacentrocultural.org/articulo-homosexualidad-el-mito-romantico-y-la-tragica-realidad
NOTAS DE PIE DE PAGINA
(1) Desde una
perspectiva etimológica, la palabra monogamia sólo puede ser usada para
el verdadero matrimonio. (Del latin monogamia, del Griego, monogamos,
monogamous, de mon- + gamos matrimonio, de gamein casarse.) Por esta
razón, cuando nos referimos a las relaciones homosexuales, usamos
comillas.
(2) Maria Xiridou,
y otros., “The contribution of steady and casual partnerships to the
incidence of HIV infection among homosexual men in Amsterdam,” SIDA,
(2003) 17(7), p. 1031.
(3) Rex Wockner,
“Sex-Lib Activists Confront ‘Sex Panic,’” Pink Ink, Dec. 1997, Vol. 1,
no. 3, www.khsnet.net/pinkink/vol1-3/sexlib.htm.
(4) van den Aardweg, p. 62. (Destaques en el original.)
(5) Kirk and Madsen, p.
320. Observaciones similares han sido hechas por especialistas. Cf. van
den Aardweg, pp. 53-57, y Joseph Nicolosi, Reparative Therapy of Male
homosexuality (Northvale, N.J.ew Jersey: Jason Aronson, Inc., 1997), pp.
109-123.
(6) Gal. 5:19-21.
(7) Kirk y Madsen, p.
313. El mal afamado Donatien Alphonse François, Conde de Sade, más
conocido como el Marqués de Sade (1740-1814), fue un libertino impío
cuyos escritos mezclan aberraciones sexuales con blasfemias y
sacrilegios. Su práctica de torturar prostitutas para su propio placer
sexual dio origen a la palabra sadismo.
(8) Cf. Alan P. Bell
and Martin S. Weinberg, homosexualities: A Study of Diversity Among Men
and Women (New York: Simon & Shuster, 1978); “Resurgent Bacterial
Sexually Transmitted Disease Among Men Who Have Sex With Men – King
County, Washington, 1997-1999,” Morbidity and Mortality Weekly Report,
Sept. 10, 1999, Vol. 48, no. 35, pp. 773-777.
(9) Lars Eighner, “Why I Write homosexual Erotica,” www.io.com/~eighner/works/essays/why_i_write_homosexual_erotica.html.
(10) Thomas E. Schmidt,
Straight & Narrow? Compassion & Clarity in the homosexuality
Debate (Downers Grove, Ill.: Inter Varsity Press, 1995), p. 108.
(11) Robert T. Michael, y otros., Sex in America: A Definitive Survey (Boston: Little, Brown and Co., 1994), p. 209.
(12) Kali Munro, “Talking About Lesbian Partner Abuse,” Siren, Oct./Nov. 1998, www.kalimunro.com/article_partnerabuse.html.
(13) Cf. www.lib.jjay.cuny.edu/research/DomesticViolence/v.html.
(14) Gregory L.
Greenwood y otros., “Battering Victimization Among a Probability-Based
Sample of Men Who Have Sex With Men,” in American Journal of Public
Health, Dec. 2002, Vol. 92, no. 12, pp. 1964-1969.
(15) Schmidt, p. 111.
(16) “Ten Things
homosexual Men Should Discuss with Their Health Care Providers,”
www.glma.org/news/releases/n02071710homosexualthings.html.
(18) www.cdc.gov/nchstp/od/news/At-a-Glance.pdf
(19) Christopher Bagley
y Pierre Tremblay, “Suicidal behaviors in homosexual and bisexual
males,” Crisis (1997), Vol. 1, pp. 24-34. La cita está tomada del
resumen hecho por los autores, y que está disponible en:
www.virtualcity.com/youthsuicide/gbsuicide1.htm.
No hay comentarios:
Publicar un comentario