sacado de circulo Identitario Nietzsche
¿Cómo
es posible que en Europa, dónde los blancos aún somos mayoría,
predomine el racismo contra los blancos sobre otros racismos? Pues a
causa tanto del acusado sentimiento racista contra los blancos entre
determinados inmigrantes, como de la complicidad de la casta política
gobernante, y de la pasividad general de los que sufrimos este racismo
creciente y que está en todas partes, los blancos.
El
racismo anti-blanco es institucional, pero también simbólico,
discursivo, factual, directo, indirecto, cotidiano, macro y
microsociológico. En unos estados que se dicen democráticos y que
pretenden pasar por tales, este racismo no puede ser explícito cuando es
institucional, llegando
así la hora triunfal de la neolengua, que invade el discurso público y
hasta privado. A este respecto, aún no ha sido suficientemente estudiado
el concepto de “discriminación positiva”, que es aquí la forma general y
discursiva de encubrir el racismo institucional (que toma la forma de
racismo económico, laboral, educativo,
social, mediático, judicial) contra la población europea o
eurodescendiente. Antes que la discriminación positiva, el propio
desorden inmigratorio propiciado por los políticos que gestionan el
gobierno, en beneficio de la hiperclase (propietarios y gerentes de
multinacionales, financieros internacionales, traficantes de la Bolsa),
de las naciones de Europa, supone una forma de racismo, por cuanto la
inmigración masiva altera directamente la composición étnica de estas
diferentes naciones europeas, es decir, su identidad, algo que no puede
ni reivindicarse sin ser acusado de racista. Parece como si a los
europeos, a diferencia del resto de grupos raciales, no nos fuera lícito
poseer identidad étnica.
Los
blancos, la población autóctona de Europa, aún no se ha organizado en
masa, ni política ni social ni culturalmente, para su autodefensa. Sí se
han organizado, en cambio, algunos inmigrantes, para seguir presionando
a favor de más y más privilegios; muchos de estos cuentan con la
complicidad de blancos traidores raciales (caso de los oenegetas
inmigracionistas y los que les apoyan, los marxistas o los
neoliberales). En muchas ocasiones determinados inmigrantes han logrado
situarse por encima de la ley.
Encuentra a los blancos traidores |
Cuando el racismo anti-blanco no es institucional y, en vez de por el estado, es ejercido por ciertos inmigrantes racistas,
cuando escapa al control directo de las autoridades políticas,
obligadas a mantener la ficción del respeto a todas las razas, este
racismo antieuropeo muestra más claramente su auténtica cara, la de la
crueldad y el desprecio, y se hace evidente incluso para algunos nativos
sometidos a la propaganda inmigracionista permanente: agresiones
gratuitas que algunos miembros de las poblaciones no europeas instaladas
en los estados europeos cometen contra los europeos por el color de su
piel (blanca), violaciones racistas contra nativas europeas por parte de determinados inmigrantes no europeos
(que sistemática, y significativamente, son ignoradas por asociaciones
feministas, las mismas que se autoproclaman, a bombo y platillo,
defensoras de los “derechos de la mujer”), constantes insultos racistas
(“blanquito”, “rubito”) en todo momento y lugar, abusos de todo tipo en
la utilización de servicios públicos y privados (no respetar el turno
por parte de ciertos inmigrantes que se cuelan en las filas formadas,
zarandeos y empujones contra los blancos en el transporte público,
control de institutos por parte de grupos de inmigrantes que imponen el
terror sobre la mayoría, o minoría, de alumnos blancos, sobre el
personal docente, y que revientan las clases, intimidación a
funcionarios blancos para obtener trato preferente en distintas oficinas
públicas, etc.), cobro, por parte de algunos inmigrantes, a niños
españoles por utilizar canchas deportivas públicas.
Sobra decir que en el discurso dominante, controlado por la élite, este
racismo anti-blanco es, en primer lugar, ignorado; cuando esto es
imposible es negado, relativizado, trivializado, ridiculizado e,
incluso, en un acto de la más pura endofobia, a veces justificado (sobre
todo si se utiliza, por parte de la élite, algún ideologema marxista).
¿Por ser blanca me insultas? |
Si
los hechos se desarrollaran al contrario, tendríamos a todos los grupos
de presión (autodenominados ONGs) inmigracionistas denunciando el
racismo y la xenofobia de los españoles, y a los medios de comunicación
oficiales dándoles cancha y espacio propagandístico a mansalva. Por
cierto, también es racismo institucional subvencionar, además
generosamente, a grupos de presión inmigracionistas y endófobos que,
bajo la argucia de presentarse como defensores de los derechos humanos,
se dedican a insultar impunemente a los españoles y a calificarlos de
racistas. En cambio, nadie habla del racismo más frecuente,
del racismo anti-blanco. De hecho nadie, excepto algún medio de
comunicación disidente, habla de nada de lo aquí descrito. Pero nosotros
sí.
Publicado también en Alerta Digital.
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