La prostitución del término Nacional-Revolucionario

ARTICULO SACADO DE TRIBUNA DE EUROPA

TdE/¿Existen nacional-revolucionarios en España? Seguramente a esta pregunta responderían afirmativamente aquellos que así se autodenominan, pero ¿realmente lo son? Basta rascar un poco en la gran mayoría de aquellos que así de definen para comprobar que no son en sí mismos más que el reflejo de una pose para disimular las ideas políticas que defienden de verdad.

Si escuchamos o leemos a “expertos en extrema derecha”, prácticamente todos incluyen a los NR en el mismo cajón de sastre en el que están  franquistas, neonazis, falangistas, identitarios y ultras de fútbol fascistizados (1). Pero ¿ideológicamente los NR comparten una misma ideología con todos ellos? Evidentemente no. La mayoría de los que se autotitulan NR no son más que neonazis suigéneris que amoldan esa ideología a sus apetencias y “caprichos” personales o bien “ultras fascistizados”, -en el sentido más peyorativo de la palabra- que ojeadas por casualidad varias fotografías del servicio de orden del extinto movimiento francés Ordre Nouveau oTroisièmeVoie, pretenden copiarlo dejando la base doctrinal de éstos a un lado para quedarse con su estética setentera mientras hablan como “sabelotodos” de Sorel o Duprat luciendo una camiseta de AHTR dispuestos a hacer pogos en cualquier concierto organizado por ultras.

Sería muy sencillo para todos, sólo tendrían que denominarse lo que dicen ser ellos mismos en la intimidad: “nazis y patriotas”, serían más honestos, más creíbles y menos cobardes. Pero no, es más cómodo para ellos utilizar una denominación alejada en verdad de la ultraderecha: la de Nacional-Revolucionarios, usar sus símbolos: la céltica; su lenguaje, algunas de sus ideas y de sus referentes. Ensuciando y prostituyendo así la esencia misma de la idea y de la lucha Nacional-Revolucionaria. Exactamente lo que el Sistema no tiene necesidad de hacer por si mismo, ya que tiene a cipayos que lo hacen por él.

 

Diego Costa

 

(1) Nada que objetar a quien se sienta y defienda con lealtad “ser falangista”, “ser nacional-socialista”, “ser franquista” o “ser de la ista que crea oportuno”.