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La conocida máxima rusa:
“Rusia sin Ucrania es un país. Rusia con Ucrania es un imperio”
deja de ser hoy día un concepto y pasa a convertirse en amenaza.
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La Rus de Kiev
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En Kiev existe un memorial en piedra que lleva grabadas las famosas palabras del monje de finales del siglo XI y principios del XII, Néstor el Cronista, que en su obra – Crónicas de los tiempos de antaño – escribe: “Aquí empezó a ser la tierra rusa…”
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“Aquí empezó a ser la tierra rusa”
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Conocida como la Rus de Kiev, fue el origen del estado ruso antiguo.
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La rus de Kiev
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Si bien es verdad que el territorio de la península de Crimea apenas formó parte de la Rus de Kiev, en la actualidad es motivo de fijación del actual presidente de la Federación Rusa que la ve como la puerta trasera de entrada a Ucrania.
Son diversos los motivos que están llevando a esta decisión.
Históricamente Crimea ha pertenecido a la esfera de influencia rusa desde la incorporación su imperio en 1783 tras arrebatársela a los turcos, hasta 1954 cuando Nikita Khruchov la transfiere de la RSFSR (República Socialista Federativa Soviética Rusa) a la RSSU (República Socialista Soviética de Ucrania).
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Para saber más de la historia de Crimea puedes ir al apartado:
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Socialmente tras la deportación en masa de los tártaros de Crimea a Asia central mandada por Stalin en 1945 como castigo por un supuesto colaboracionismo con los nazis, la península se fue repoblando de ciudadanos llegados de Rusia con la esperanza de comenzar una vida mejor. Poco a poco se fueron asentando y apropiándose de las tierras y propiedades sin dueño, estableciéndose con el tiempo una comunidad rusófona que permanece hasta el día de hoy fiel a su lengua y costumbres, formando un fuerte vínculo con su tierra de origen.
Estratégicamente Crimea cuenta con la base naval militar de Sevastopol, sede actual de la flota rusa en el mar Negro, enclave imprescindible para su salida hacia el Atlántico e Índico. El origen de la base militar se remonta a tiempos soviéticos en el que la ciudad disfrutaba de un status propio independiente de Crimea, incorporándose a este dominio el vecino pueblo de Balaklava a partir de 1957 por motivos estratégicos, llegando a desaparecer literalmente de los mapas soviéticos de la época. ( Ver: Balaklava; Objeto 825 GTS, el secreto mejor guardado de la URSS ) .
Tras la independencia de Ucrania han existido fuertes tensiones sobre la permanencia de la flota rusa en territorio ucraniano. Si bien tras la disolución de la Unión Soviética, Sevastopol siguió bajo dominio ruso, en 1997 la ciudad es cedida a Ucrania a cambio de la permanencia temporal de la flota rusa. En esta situación forzada Rusia ha sabido siempre resolver su problema de permanencia temporal mediante pactos obligados por fuertes presiones de orden económico aprovechando la deuda permanente de gas que Ucrania tiene contraída, obligando a arrendar el territorio de Sevastopol actualmente hasta el 2042 y a permitir un status especial a dicha zona excluyéndola administrativamente de la República Autónoma de Crimea.
Actualmente la crisis en Ucrania que la lleva a mirar a Europa está poniendo de los nervios a la cúpula del Kremlin que ve amenazada su hegemonía ante la posibilidad a medio-largo plazo de una posible integración ucraniana en la UE y con ello en la OTAN. El presidente Vladimir Putin no va a desistir. De todos es conocido sus deseos de crear un ente territorial lo más parecido a la extinta Unión Soviética. En varias ocasiones ha expresado su opinión sobre el colapso de la URSS argumentando que se trató de “la mayor tragedia histórica del siglo XX”.
En este sentido el presidente ruso lleva desde el 2010 intentando una asociación comercial que integre la mayoría de los países ex-soviéticos que aún quedan a su alcance, conocida como Unión Aduanera. Ucrania, el origen y corazón de la Rus, es la sabrosa guinda de este gran pastel y hará todo lo posible por conseguirla, aunque en este intento de asociación haya provocado la ira de una parte de la sociedad ucraniana que ha visto con desesperación el portazo en las narices de su gobierno a la UE a una semana de la firma del otro gran acuerdo comercial originando la revuelta de Euromaidan.
Mientras tanto, a la espera de la lista completa de medidas del nuevo Gobierno de Unidad Nacional, Moscú no descansa. La sombra del Kremlin es siempre alargada y ha empezado a presionar el punto más débil de Ucrania: la República Autónoma de Crimea.
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