Hoy es 18 de julio (y mañana 19). Hace 75 años que los carlistas,
después de unas complicadas negociaciones con los generales Mola y
Sanjurjo, con tiras y aflojas, se unían a una conspiración militar para
derrocar un gobierno injusto y tirano que estaba preparando en España
una revolución socialista y atea. No les estoy contando mi opinión sino
los deseos bien documentados de los "demócratas" que asesinaban obispos,
curas, monjas y católicos de a pie por el mero hecho de ir a Misa.
Lo
que se conmemora hoy no es el inicio de la guerra civil, que la guerra
empezó en Asturias el año 1934. Tampoco el origen del franquismo. Esa es
otra historia. Hoy celebramos los 75 años del Alzamiento Nacional, el Alzamiento-Cruzada,
algo más que un golpe de Estado, una sublevación de las de verdad, una
indignación auténtica, plena y coherente. Al recordarla como fue, sin
vergüenza y sin rencor, rescatamos la memoria de una jornada inolvidable
en la que los carlistas nos uníamos a los militares... o los militares
se unían a nosotros, según como se mire.
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