miércoles, 19 de septiembre de 2012

Sobre la manifestación del 15 de Septiembre


 Texto sacado del Foro de disidencias 

Sobre la manifa de la Extrema Derecha del sábado

Ese ambiente ya no conduce a ningún sitio, si es que alguna vez lo hizo.
Bien sabe Dios que algunas cosas de la izquierda me repulsan, pero NO EXISTE OTRO LUGAR REAL desde el que movilizarse.
Las reacciones populares son tanto mas valiosas cuanto mas transversales, y algo de esto se ha apreciado en el Movimiento 15M.
Pero lo que hay es lo que hay, si quieres luchar por tus derechos laborales, tienes que afiliarte a un  sindicato REAL.
Si quieres movilizarte y manifestarte contra la usura y la lucha de clases de los ricos contra los pobres, tienes que hacerlo asistiendo a las manifas y concentraciones donde se manifiesta la gente y el pueblo REAL.
O te enganchas a la realidad o te quedas fuera de ella, en la desmovilización mas absoluta, donde están todos esos "revolucionarios" de sillón, que tanto criticaron la "impostura" y la "impureza"" de los demás.
Eso, o unirte a los "perros de presa" del capital, con sus bonitas consignas y sus bajos instintos.
La misma derecha de siempre con distintos collares.
Termino de leer un correo del PNR, y con la que está cayendo recalca e incide en ese tema tan importante, tan crucial.........¡la impostura de los sindicatos como defensores del gran capital!
¡Qué oportuno! En estos momentos no hay nada mejor que criticar y denunciar las tontedades sindicales, es donde todo anticapitalista que se precie debe poner el foco.
(ironía)
El gran capital y la derecha en general, está de enhorabuena con anticapitalistas como estos.

No sé, a veces pienso que algo no funciona bien en la mente política de todo este mundillo, tan socialista, tan revolucionario y tan patriota.
No se puede, no se quiere o algo peor.
En fin, cada tonto con su tema.




El 19 de septiembre de 2012 20:09,
 
Salud
Las consignas de los «célticos» ("social-patriotas" o "nacional-revolucionarios") no estaban nada mal:
«Contra el Capital, lucha radical», «La Usura es el cáncer del mundo»...
Pero es el problema de siempre: son consignas que, mostradas en tal ambiente, y encima bajo banderas célticas, pierden valor como una espada que se utiliza para remover el cemento.

La consigna cabecera «La Crisis se llama Democracia» no deja también de ser acertada, y provocativa. Pero se puede decir lo mismo: la fauna y folclore que lo rodea, la inhabilita.

En cuanto al cortejo folclórico, me ha llamado asimismo la atención eso de la «Europa Social-Identitaria y Tradicionalista» sólo le falta poner... "y de las JONS".
Ahora, yendo a la crítica de la manifestación como tal:
 
Varias de las consignas (la de «Vuestro oro: a costa de nuestra sangre» o así, me encanta) son compartidas por nosotros.
Asimismo compartimos la anunciada pretensión de los convocantes de manifestarse contra la casta de políticos, banqueros y altos empresarios que han arruinado a los españoles.
Por tanto, en ciertos anuncios generales por parte de grupos falangistas y nacional-revolucionarios, una vez más podemos compartirlos, en teoría.

Sin embargo, entendemos que esta manifestación convocada por falangistas, «patriotas» a secas, nacional-revolucionarios, «social-identitarios tradicionalistas»-y-tiro-porque-me-toca y demás fauna ultra, es, de nuevo, una impostura, tanto en sus supuestos anticapitalistas, como antipartitocráticas como anticlasistas.
Es seguir con el timo de que no forman parte de la derecha liberal-capitalista, clasista y antinacional.

Primera prueba es que, en el lema de la convocatoria, a políticos y banqueros, añaden: «... y contra los sindicatos».
¿Vamos a poner, al mismo nivel, la responsabilidad en la crisis de los banqueros y altos empresarios, con la de los sindicatos?
La derecha liberal quiere cargarse no a «estos» sindicatos, sino a todos los sindicatos. Esto no puede ignorarse.
Y una de las formas acostumbradas de impedir que los principales culpables no apechuguen por su culpa, es diluir esas mismas culpas en la «generalidad».
En todo caso, la mayoría sindical tiene parte de culpa por no saber, o por no querer (más bien, simplemente, por no poder) enfrentarse a la ofensiva liberal, y dejarse sobornar con cargos en las cajas de ahorro, por ejemplo.

La segunda prueba la tenemos en la fecha elegida: la misma que la concertada por todos los sindicatos con una implantación mínima (UGT, CCOO, CSIF, CGT, USO...) para manifestarse por la mañana contra las políticas del PP.
Lo que convierte esta supuesta manifestación anticapitalista y antioligárquica (que a nadie o a casi nadie engaña), de hecho, en una «contra» de la manifestación anti-PP del mismo día.
¿Parece claro, no? Si se convoca una manifestación que pretende «contrarrestar» el eco de una manifestación mayor contra el PP y contra la tiranía de los «mercados financieros»... no importa los lemas antipeperos y anticapitalistas que se lancen: el hecho es que se está desviando la atención, deslegitimando o «atacando» la gran manifestación del mismo día que, de forma inequívoca, era antiPP y anticapitalista.
Es decir: si la razón suficiente de la manifestación es contrarrestar a quienes (con mayor o menor acierto) atacan al PP y a los «mercados financieros», en realidad se están manifestando a favor del PP y a los «mercados financieros», dígase lo que se diga.

Y la tercera prueba que señala la identidad (o al menos la convergencia: pero para nosotros no hay convergencia, sino «subalternidad») entre la derecha liberal-capitalista y el PP y esta ultraderecha que, supuestamente, es antiPP y anticapitalista, es la unánime aceptación que se encuentra, entre la derecha liberal, a las manifestaciones de estos falangistas y nacional-revolucionarios.
Bien saben que les son útiles, y que, en realidad, «barren para casa».
Porque nadie me va a decir que los liberales defienden también la libertad de sus adversarios.

Bueno, como señalamos en NNBB:

 
(º2) Nacional-revolucionarios: una irrealidad e indefinición permanente

Resulta difícil hablar de un «sector nacional-revolucionario», pues carece de una historia, textos y figuras comunes de referencia, cosa que, al menos, sí poseen el falangismo y el anarquismo. Los nacional-revolucionarios no tienen teórico o manifiesto reconocido por el conjunto de quienes así se llaman. No sería injusto señalar que es indefinible al carecer de una teorización profunda. A lo máximo, dispone de una serie de consignas comunes que les ha dado una sensación de entidad política, algo que no ha llegado a existir realmente. Para unos, lo nacional-revolucionario era otra forma de llamar a los fascismos y reivindicarlos sin nostalgias. Para otros, la actualización política de un tradicionalismo sin los límites del integrismo católico. Para aquellos otros, la radicalización del nacionalismo pero rechazando el capitalismo. Y todo esto en el mejor de los casos, pues para otros, lo nacional-revolucionario no fue más que un logotipo «marchoso» de esa ultraderecha que asocia el vocablo «revolución» con violencia «incontrolada» al servicio del «orden» sin implicar a los aparatos del estado directamente. Y cuando no, la cobertura de una estafa para inadaptados.

Pero al margen de estafadores y matones de la ultra con marca ocasional «NR», podemos reco­nocer como «nacional-revolucionario» a un sector con impulsos rebeldes, más o menos sentidos como sinceros, que criticaba las falacias del Régimen, advertía la falsedad de la dicoto­mía de las izquierda/derecha oficiales, oponía las naciones europeas a los poderes fácticos y el imperialismo, y quería trastocar el Sistema Capitalista desde posiciones de «tercera vía». Pero en este sector se advertía el pánico a perder ese «corazón rebelde» inicial para no caer en el pozo de la ultra o en el reformismo. Por tal motivo, muchos se han mantenido en el maximalismo del «todo o nada», lo que les ha llevado, lógicamente, a quedarse en nada. El hecho de que muchos «nacional-revolu­cionarios» se destaparan como ultras (o derechistas corrientes) cuando han saltado a la «política real», ha podido explicar esa parálisis. El enemigo, pues, para ellos, era intentar hacer política real, ya que sólo en el testimonialismo y la margina­lidad podían seguir siendo fieles a sí mismos.
Pero su verdadero enemigo ha sido la falta de realismo, de método, de rigor intelectual, de com­promiso, de temple para hacer política real en una línea u otra. El enemigo fue la excusa de que había que prepa­rarse para la lucha final (sin señalar qué); en la que tumbaremos al Sistema (no se sabe cuándo); y mientras, era mejor no hacer nada, no «caer tan bajo» de participar en luchas políticas y so­ciales «del Sistema»; o bien «actuar de otra forma» (sin explicar cómo). La inacción de estos nacional-revolucionarios ha sido un extremo desmovilizador, tan antipolítico como el ex­tremo contrario, el activismo sin rumbo que lleva a la «unidad de quemados». Algo cierto había en tal temor: muchos reproches se dirigían a los nacional-revolucionarios para «bajar a la arena» de la «política real», pero para reforzar la polítíca real de la derecha. Aquí, en­tonces, la cuestión no es tanto si se hace política real o no, sino señalar qué política u orientación real se quiere hacer.


Si los nacional-revolucionarios se hallan fuera del marco conceptual de la realidad es porque no han resuelto este error teórico: pensar que teniendo la «razón» y la «voluntad» era imparable la revolución. Ésta (cambio profundo de modelo o de estructuras) necesita de condiciones objetivas y subjetivas, y su objeto es cambiar esas estructuras (subvertir un régimen) o el modelo sistémico (cambiar un Sistema). La razón o la voluntad no determinan ninguna condición objetiva y mala­mente van a determinar las subjetivas (sobre todo si las masas no demandan esa revolución). Lo que ha pasado es que los nacional-revolucionarios nunca analizaron las condiciones objetivas y subjetivas, análisis que se reemplazaba con puro subjetivismo. El resultado no podía ser otro que la nada, pues desde 1945, en Europa, no se han dado condiciones ni objetivas ni subjetivas sufi­cientes para poder provocar un proceso revolucionario. La alternativa era hacer política real, pero para eso (sin abandonar la alta perspectiva revolucionaria) había que entrar en discursos para los cuales los nacional-revolucionarios ni estaban preparados ni querían estarlo, pues con ello sentían traicionar el impulso revolucionario. Si se quiere hacer política no queda más remedio que jugar en ciertos parámetros que marca el actual Sistema. ¿Pero que parámetros? Ahí está la cuestión.

Para hacer «política real» hay que participar del marco conceptual «realmente existente», que no es otro que este modelo sistémico capitalista expansivo basado en un economicismo a ultranza. Ante esto sólo hay dos posiciones: aceptar el modelo aunque necesite «reformas»; o ser crítico con él. En la primera posición está el espectro político del Sistema, incluida la ultraderecha, bajo un análisis utilitarista y liberal (en cualquiera de sus formas). Y en el segundo están los que, desde dentro del esquema economicista, diseccionen la esencia de dicho esquema, evidenciando su na­turaleza y contradicciones. No habiendo más análisis de carácter economicista para tal disección, con un mínimo de rigor, que el marxista, no quedaba otra opción que asumirlo, pero los nacional-revolucionarios se han negado a ello prefiriendo mantenerse en su Europa mítica-romántica.

 RESPUESTA DE RESISTENCIA CRISTIANA
 No se que entienden esta gente por transversalismo, si ser un parasito lame culos de  la izquierda  esa no es nuestar onda ni lo sera nuca.  El 15 M que de todos sabemos que ni es ni fue expontaneo sino que detras estaba Rubalcaba y que por mucho que se empeñaran los falangistas no podia prosperar por que solo eran un atajo de perros flautas y de izquierdosos anticatolicos como sedemostro escupiendo a monjas y llendo contra el papa que risa y que trasversales que son. De no ser asi cuanto hubiera durado si bases autonomas hace algo asi o si lo hace Falange o  hazte oir. de echo cuanto duraron los del colectivo provida cuando quisieron dormir en la puerta del sol como los del 15 M. ¿Acaso no tenian el mismo derecho? .
 Que es lo que quiere el  sino quiere una Europa Identitaria y Social  lo de Tradicionalista va con otro sentido no somos carlistas, ni falangistas.
Si ser nr es ser indefinido anda que ser lo que ellos son es muy definido des yo quese hasta Rosa diez que es abortista y de izquierdas ms delo mismo sino no hubiera tenido ese clamosr y consegido concejales.Miralo que le costo a Fuerza Nueva y esta en dos dias mira igualito es que esto esta mal.  
En europa se entiende movimientos NS claramente cristianos ortodoxos como el PNSR Partido nacionalsocialista Ruso y nadie tacharia de reaccionario y catolicarra  en Belgica tenemos el rexismo Católico y NS
Pero en la España profunada que no hemos salido del arado y con perdon los agricultores no somos mas tontos por que no nos lo proponemos.
Aqui el ser Catolico y NR  para esta "gente"  es casi como ser un reaccionario de derechas. Ckaro luego diran por que no sacamos nada en las elecciones yo digo por que votais a Rosa Diez y demas memeces de izquierdas.
Hablan de folklore con celticas anda que l folklore de la izquierda con batucadas con banderas republicanas y camisetas del che.
No digais gilipolleces que se os ve el plumero. 
 

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