Racismo antiblanco
El racismo antiblanco o eurofobia es un tipo de racismo negativo que consiste en la actitud de odio, aversión o agresión contra la raza blanca y su cultura.
Este fenómeno posee características propias e inusuales que lo
distinguen de otros tipos de racismo, por lo que resulta necesario hacer
una descripción aparte. Una de esas características es el hecho de que
por lo general la gente ha sido acostumbrada a no pensar en el racismo
como una actitud que pueda darse contra la raza blanca, sino sólo contra
otras razas, lo que la incapacita para condenar este racismo, cosa que
revela la existencia de dobles estándares sociales. También se observa
que, gracias a la educación moderna y las tendencias ideológicas de la globalización o la corrección política, basadas ambas en el marxismo cultural,
existen personas que inconscientemente y sin tener la intención de
serlo, se convierten en antiblancos. Por eso es que, aunque pudiera
parecer contradictorio, surgen antiblancos incluso entre los propios
blancos, lo que se denomina como endofobia, cosa que no sucede, por ejemplo, dentro de la raza negra.
El racismo antiblanco como problema social es un fenómeno exclusivo de la era posterior a la Segunda Guerra Mundial
y es actualmente un racismo legal e institucionalizado pero astutamente
encubierto. En el discurso dominante, el racismo antiblanco es primero
ignorado; cuando esto no es posible es negado, relativizado,
trivializado, ridiculizado e incluso justificado abiertamente y sin
consecuencias legales.[1] Se trata de una política genocida
extraoficial de los poderes internacionales y globalistas, que consiste
en la implantación de políticas calculadas para reducir la población
europea o eurodescendiente,
la gradual sustitución demográfica con pueblos no-blancos en países
blancos, así como la supresión de derechos e incluso agresiones y
asesinatos contra miembros de la raza blanca.
Doble moral del sistema
Discriminación "positiva"
La discriminación positiva
es un programa que otorga preferencias y privilegios en el acceso a
bienes, recursos, servicios, empleos, promociones laborales, escolares, o
admisiones universitarias, teniendo como base sólo el grupo étnico al
que pertenecen los aspirantes, no importando sus aptitudes, capacidades o
conocimientos, lo cual evidentemente representa una tremenda
injusticia, sobre todo si el grupo afectado representa a la mayoría de
la población. Este tipo de discriminación se impone en las sociedades "democráticas"
en nombre de los derechos civiles, a pesar de que consisten
precisamente en una violación de los mismos. La discriminación positiva
tiene como resultado el decrecimiento del nivel de educación y del
ingreso económico de las familias blancas y, por consecuencia, la
disminución de la población blanca.
El U.S. Department of Labor estudió a 155.000 familias para
obtener una muestra representativa por grupo étnico, coeficiente
intelectual (IQ), ingresos y educación.[2]
El estudio del NLSY incluía el AQFT IQ Test como medidor de
inteligencia y habilidad. Los medios afirman que las minorías talentosas
se ven limitadas en sus éxitos debido al racismo, sin embargo en estos estudios se puede comprobar cómo grupos de blancos, negros, judíos
e hispanohablantes con la misma inteligencia y aptitud, son sometidos a
una selección y discriminación en base a su grupo étnico, en la que
generalmente los más perjudicados resultan los blancos que representan
la mayoría de la población de Estados Unidos
(68%), mientras que los más beneficiados son los judíos que representan
tan sólo el 2% de la población y los negros que son el 15%.
A pesar de que el sentido común puede observar y dar fe de que estos programas (autodenominados "antirracistas")
de preferencias y privilegios en base a la raza, son injustos y
racistas en sí mismos, los que se oponen a ellos son, fuera de toda
lógica, tachados justamente como "racistas" por el sistema[3],
los medios y los agentes inconscientes que les son útiles. Eso fue lo
que le ocurrió al defensor de los derechos de los blancos, Dr. David Duke
durante su servicio en la Casa de los Representantes, cuando escribió
la única legislación anti-discriminación positiva que ha sido aprobada
por un cuerpo legislativo de Estados Unidos, pero que fue abortada más
tarde en el Senado. Este proyecto de ley prohibía específicamente
cualquier política que discriminara o diera preferencias a individuos en
base a su raza, y abogaba por que el criterio de contrataciones,
ascensos, becas, admisiones universitarias se basara en las aptitudes y
capacidades. No obstante, dicho proyecto de ley fue tildado de
"racista".[4]
Es así que el concepto de "discriminación positiva", es la forma
general de encubrir el racismo institucional contra la población europea
o eurodescendiente, que toma la forma de racismo económico, laboral,
educativo, social, mediático y judicial.[1]
A su vez, en la sociedad "anglosajona", pueden existir escuelas
exclusivas para negros, becas exclusivas para una "minoría" determinada[5][6][7],
a las cuales los blancos naturalmente no pueden acceder, pero no
existen escuelas o becas sólo para blancos, si las hubiera, sería
"racismo". Evidentemente la "igualdad" en una sociedad que se
autoproclama "igualitaria", es sólo una palabra hueca. De esta manera,
de acuerdo con las reglas del sistema, "los derechos de cualquier etnia
no-blanca son derechos: los derechos de los blancos son privilegios".
Prohibido defender a la raza blanca y sentir orgullo de pertenecer a ella
La sociedad celebra la reinvidicación racial del indígena americano
o la del negro, pero rechaza cualquier reivindicación racial de la
gente blanca. Expresiones de defensa u orgullo a la pertenencia a un
grupo étnico, cultural como el "orgullo negro",
o sector social determinado, (el "orgullo gay", por ejemplo), son bien
aceptados por el común de la sociedad, pero cuando esta expresión es de orgullo blanco
o la defensa de derechos civiles de los blancos, éstos últimos no son
considerados bajo las mismas condiciones y se etiquetan siempre como
"racistas", que "reivindican privilegios blancos" o que "derivan de un
odio racial".
Defensores de los derechos de los blancos, como el Dr. David Duke,
desmienten esto y afirman que todas las razas, culturas y grupos
étnicos tienen derecho a sentir orgullo de lo que son, a identificarse
libremente con su raza, así como a desarrollar su propia cultura por
separado, que una raza no debe dominar a otra, y que ninguna raza es
intrínsecamente superior a otra y que las diferencias raciales deben ser
respetadas. Si bien se oponen enérgicamente al mestizaje
porque éste destruye la identidad y esencia de un pueblo, se oponen
también a lo que hoy se conoce como racismo, y se ve la separación de
distintas razas como la mejor manera de lograr que los diferentes grupos
raciales vivan en armonía unos con otros, acabado así con el racismo de
manera efectiva. Afirman que su deseo de retirarse de la sociedad
multirracial y separar por motivos de raza elimina la posibilidad de
someter a otros grupos étnicos o ser sometidos por éstos, y por lo tanto
el orgullo blanco no tiene ninguna relación con el supremacismo blanco,
o con supuestos privilegios de los blancos.
Sin embargo, racistas antiblancos como David Ingram[8] o Carol M. Swain[9],
haciendo a un lado estos hechos y apoyándose en los prejuicios
alimentados por los medios durante las últimas décadas, han estructurado
un discurso de odio eurofóbico, negando que el orgullo negro sea equivalente al orgullo blanco, y no admiten bajo ningún motivo que sea bueno que los blancos se identifiquen con su grupo étnico. Argumentan que "el primero es una estrategia defensiva destinada a corregir un estereotipo negativo", mientras que "el segundo, disfrazado como orgullo étnico, sirve para enmascarar y perpetuar los privilegios de los blancos", y que "las ideas de orgullo blanco existen meramente para dar una imagen positiva al supremacismo blanco". Ningún nacionalista blanco argumenta que el orgullo negro sea una forma de reivindicación y apología al supremacismo negro o a los privilegios negros, pero los eurofóbicos afirman sin base alguna que el objetivo no declarado del movimiento nacionalista blanco es "promover la violencia racial", mostrando especial desprecio al separatismo blanco, el cual, a diferencia de lo que éstos antiblancos afirman, es un movimiento pacífico a favor de los blancos.
Endofobia y xenomanía
La endofobia, es decir, el autodesprecio, el odio a la propia raza o
cultura, surge entre los blancos a partir de los sentimientos de culpa e inferioridad
que intencionalmente se han generado debido a la amplia difusión que ha
tenido la "historia racista de la raza blanca". Un blanco desmoralizado
en lugar de sentir orgullo por su raza, puede sentir pena, recordándose
a sí mismo "los males provocados en la historia por la raza blanca",
que pueden ser reales, exagerados, descontextualizados o, en el mejor de
los casos, inventados (Ver: "Holocausto").
Puede incluso pensar que los blancos, en base a estos hechos del
pasado, son en realidad "una raza inferior", o que merecen ser
discriminados, despojados de sus propias tierras o exterminados mediante
la suplantación demográfica, lo que es por definición una justificación
del genocidio. Individuos demasiado afectados por el lavado de cerebro de los medios de comunicación de masas, no aceptarán sentirse parte de un grupo étnico, negarán la existencia de razas,
y argumentarán que "el color de la piel no hace superior a nadie", aún
cuando ellos mismos puedan afirmar la supuesta inferioridad de la raza
blanca. Con la endofobia suele también surgir la xenomanía, que es la actitud de afecto positivos y desmedidos hacia los extranjeros o razas ajenas.
Se señala que dichas actitudes son contradictorias, puesto que el
blanco antiblanco no acepta la existencia de razas cuando se le propone
que él pertenece a la raza blanca y fingirá tener problemas en
identificarla, pero cuando se trata de etiquetarla como "racista" o como "supremacista", el antiblanco no tendrá reparos en identificar plenamente a una 'raza blanca'.
Manifestaciones de endofobia y xenomanía surgen también entre
asociaciones periodísticas como la ocurrida en el sitio de noticias
español "Telecinco". El 6 de mayo de 2006 apareció una noticia sobre el
arresto de un joven llamado Richard McTear de 21 años por matar a un
bebé negro de tres meses arrojándolo por la ventana de su automóvil. El
homicida era también de raza negra[10], sin embargo, Telecinco manipuló la nota sobre el mismo hecho colocando una imagen de unas manos esposadas de un hombre blanco[11],
con lo cual la gente que haya leído la noticia se llevaría la impresión
de que el crimen fue cometido por un blanco y no por la persona que
realmente lo cometió. A pesar de varios reclamos por parte de los
lectores y usuarios, la imagen continúa publicada.
En noviembre de 2011, una valiente madre de familia británica de 34 años llamada Emma West, fue arrestada y enviada a prisión por hacer comentarios raciales en un transporte público de Inglaterra.[12][13]
La mujer, con hijo en brazos, se mostraba instintivamente frustrada y
enojada al ver a demasiados individuos extraeuropeos inmigrantes a los
que les decía que "no son ingleses, son negros", emitiendo una expresión
de impotencia al sentir que su país está siendo reemplazado étnicamente
y pronunciándose en contra de la inmigración masiva forzada e
institucionalizada y en contra de convertirse en una minoría en su
propio país: "¿Qué han hecho con mi Inglaterra?". Entró en una
discusión verbal con alguien, expresó su indignación con algunas malas
palabras y ofendió a los pasajeros negros, pero sin llegar a atacar
físicamente, sin amenazar a nadie y sin clamar por un genocidio
no-blanco, sino sólo diciendo que regresaran a sus países de origen.
Después de ello, recibió amenazas de muerte por Internet, además de que
una gran cantidad de usuarios de YouTube, paladines de la "tolerancia",
la "libertad" y la "diversidad", hicieron comentarios vejatorios contra
ella: "Debería ser violada por un negro", "deberían de matarla", "deberían de echarla a patadas",
etc., sin embargo es apoyada por numerosos compatriotas ingleses y de
toda Europa quienes la consideran como "heroina de la libertad de
expresión" y que "se atrevió a decir la verdad". Aunque fue liberada
después de unos meses, espera un juicio que se llevará a cabo el 11 de
junio de 2012.[14].
Compárese este caso de "justicia" con estos otros tres:
En ese mismo país y un mes después, cuatro inmigrantes negros
(tres mujeres y un hombre), musulmanes y de origen somalí atacaron
brutalmente a una joven blanca llamada Rhea Page de 22 años, mientras le
gritaban con insultos raciales: "maten a la escoria blanca" y le
pisaban la cabeza. Aunque fueron detenidos, se les dejó inmediatamente
en libertad porque el juez dijo que "los musulmanes no están
acostumbrados a beber".[15]
Unos años atrás en octubre de 2007, igualmente en Inglaterra, un
negro de 44 años llamado Stephen Gordon que atacó violentamente a un
veterano de guerra de 97 años de edad, dejándolo ciego, fue perdonado de
la sentencia a prisión bajo la condición de que recibiera tratamiento
psiquiátrico.[16][17]
En Francia
un inmigrante negro, aparentemente en estado de ebriedad, comenzó a
hacer comentarios raciales contra los blancos, hasta el punto en que
llegó a hacer amenazas y expresó su deseo de matar a toda la gente
blanca (en su propio país). Sin embargo, dicho sujeto no recibió sanción
alguna por parte de las autoridades.[18]
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