Causas, consecuencias y agentes de la africanización del gusto musical europeo
En los dos artículos anteriores dedicados a este problema (africanización del gusto musical europeo) quedó bien establecida, mediante un análisis de la música que, de hecho, escuchan y siguen los europeos y eurodescendientes, la africanización de su gusto musical. Beltenebros quiso ampliar el concepto para hablar de imbecilización del gusto musical europeo, al entender que el proceso no se limitaba a una africanización del mismo. Hubo bastante acuerdo en que es así, pero también en que la africanización tiene visos de ser el elemento principal de este proceso general (imbecilización musical) y en que la africanización no sólo concernía al gusto musical y a la música escuchada por los europeos, sino que se ampliaba a numerosos aspectos de la realidad y de la vida del europeo. Un elemento importante de todo este debate es la constatación de que la africanización musical admite grados. La africanización de la música, por tanto, no es un título polémico, sino una demostrada realidad.
Es básico comprender que cuando hablamos aquí de música africanizada nos referimos a música de consumo masivo gradualmente bestializada con elementos africanos degenerados.
1) Causas
Demostrar el hecho de la africanización musical conlleva una metodología diáfana consistente, sobre todo, en un análisis riguroso de la música en cuestión. La africanización musical ya ha sido demostrada, especialmente en el artículo del maestro Beltenebros (Daorino dixit) aquí publicado, Parámetros objetivos de la africanización musical. Pero hablar de causas y agentes en este proceso de africanización musical no es tan diáfano. Para empezar, podemos conjeturar que la africanización musical es un proceso o bien espontáneo, o bien inducido. Tanto en un caso como en otro nos es lícito sostener la presencia de agentes de africanización musical (individuos e instituciones, que han promovido, de modo consciente o no, tal deriva, y también cambios sociales). Por otro lado, no hay que entender la africanización musical como una evolución de la música clásica o folclórica en sentido africanizante. La africanización ha sido ante todo del gusto, con la imposición externa de unos géneros musicales africanizados, lo cual nos habla más de un proceso inducido que espontáneo. La música clásica y la folclórica, simplemente, han quedado desplazadas. Por último, el escenario en que han cristalizado los géneros africanizados que hoy predominan (rock, pop, metal, rap, salsa, etc.) está en Estados Unidos. Ahí es donde hay que estudiar este proceso. En Europa, en cambio, el análisis ha de centrarse en los medios por los que estos géneros creados en Estados Unidos se han difundido y en las condiciones que hicieron eso posible.
Así tenemos como causa de base (no retrocediendo más en las causas históricas) la existencia de una sociedad multirracial, el Estados Unidos del siglo XIX. Como condición necesaria (y también inevitable, como nos indica la comparación histórica entre sociedades multirraciales) el relajamiento, con el transcurrir del tiempo, de las barreras raciales, inherente a todo estado de este tipo y la multiplicación de espacios y posibilidades de mestizaje (musical y racial). Ahí es donde se producen los géneros africanizados. Como condiciones favorecedoras de la difusión de una música africanizada creada en Norteamérica tenemos el ascenso de este estado a la condición de superpotencia, la derrota europea en la Segunda Guerra Mundial y el contexto geopolítico de la Guerra Fría. Otro conjunto de condiciones, favorecedoras éstas de la positiva recepción de la música africanizada procedente de Estados Unidos, son el sabotaje a la formación musical europea desde los tiempos de la Revolución francesa (que deriva a la consideración de la música nada más que como mero ornamento), la proliferación de vanguardias “ilegítimas”, la museificación de la música y del arte en general (la música culta más frecuentada, y con diferencia, deja de ser la contemporánea) y los cambios socioeconómicos que generan un mercado amplio y listo para el consumo de un cierto tipo de música de producción y distribución masiva.
2) Consecuencias
Este fenómeno, para nosotros los europeos, significa, en primer lugar, la pérdida de la tradición musical culta y folclórica europea. En segundo, estupidización: renunciar a unos códigos, a una técnica, a un arte característicamente nuestro para adoptar otro, de naturaleza mucho más simple y pobre. No se debe renunciar al virtuosismo, ni aceptar el ruido sin resistencia alguna, como hoy ocurre. En tercer lugar, la africanización musical supone la ruina del espíritu europeo y de su impulso creador, mediante la vía de su ruina musical. Cuando un europeo aprecia al rap podemos decir que musicalmente se ha vuelto negro. La africanización musical implica, en cuarto lugar, una decadencia cognoscitiva, además de que anima al pesimismo y sirve de puente para la introducción de valores e ideas cosmopolitas (como poco). En quinto y último lugar, no hay que subestimar las potencialidades de la africanización musical como camino efectivo hacia el mestizaje y africanización racial. Primero la africanización de las almas, luego la de los cuerpos. En España ya se está dando algo de esto con la proliferación de las escuelas de salsa y la corrupción y emputecimiento racial que promueven en las mujeres españolas, convirtiendo a algunas de ellas en guarras interraciales. Otro ejemplo: la afición al rap entre adolescentes españolas les induce a zorrear con inmigrantes mulatos y negros. Todo parece poco para promover la promiscuidad racial.
3) Agentes
Una cuestión preliminar: los negros no son los agentes efectivos de la africanización del gusto musical europeo, ni los introductores en nuestro universo musical de música africana o africanizada. Los negros y algunos blancos en Norteamérica crearon, con aportes no negros, el blues, el jazz, el rhythm and blues. Sobre esta base, y con intervención ya predominantemente no negra, surgieron una serie de géneros musicales que hoy son muy seguidos por el público (rock-and-roll, rockabilly, heavy metal, punk, rock progresivo, música disco, etc.) Los negros y mestizos caribeños crearon posteriormente el hip hop, el rap y la salsa, géneros musicales nacidos de la misma concepción anticlásica y espuria del jazz. Por último, el pop es una mezcla simplona, una música para muy idiotas, en la que el jazz y lo negro degradado también están presentes. En el proceso de africanización musical, los negros han jugado un papel puramente instrumental (se limitaron a hacer la música, pero no fueron ellos quienes le dieron difusión entre blancos).
Pero el que los negros no hayan sido agentes de africanización, no significa que no los haya habido.
La africanización llegó a Europa por la vía de la imposición de Estados Unidos. Por un lado, una Europa derrotada en la guerra poca resistencia podía oponer a la agenda cultural que la superpotencia norteamericana tenía para ella. El historiador disidente Gerd Honsik, documenta este caso para Austria, y denuncia la introducción masiva del jazz en esta tierra alemana desde 1945, por parte de la CIA:
«Varios documentos demuestran que los 950 Clubes de Jazz – más tarde bautizados como discotecas – fueron abiertos en Austria después de 1945 según órdenes de la CIA».
Adiós Europa. El plan Kalergi. Un racismo legal. Gerd Honsik. Bright-Rainbow, Barcelona, 2005, pág. 128.
En Alemania y en Austria, perdedoras directas en la guerra y objetos de la llamada “desnazificación” de su vida cultural, las posibilidades de intervención política en la cultura y en la música eran evidentes. En el contexto de la subsiguiente Guerra Fría, la competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética por hacerse con el control del universo cultural y de las mentes de los europeos fueron manifiestas. Y en esta competición, como vemos, sólo perdió la cultura y la música europea. En Alemania, con una población aún bien educada musicalmente, hubo resistencia:
«Una audaz iniciativa del gobierno militar americano, los “Cursos de Verano de la Nueva Música de Darmstadt” casi acaban en disturbios después de que el disgusto sobre la nueva y radical música degenerase en abierta hostilidad. En unas conclusiones oficiales se decía: “Se llegó a admitir de forma generalizada que gran parte de esta música carecía de valor y que hubiese sido mejor no escucharla. Hubo críticas al excesivo papel otorgado a la música dodecafónica. Un crítico calificó el concierto como Triunfo del diletantismo… Los estudiantes franceses permanecieron al margen del resto y se las dieron de entendidos (y) su profesor, Leibowitz, sólo representa y admite como válida la música más radical y desprecia abiertamente cualquier otra. Su actitud es imitada por sus alumnos. Era opinión general que el (curso del) año siguiente habría de ser más variado”. Darmstadt, por supuesto, habría de convertirse en pocos años en bastión de la experimentación vanguardista en el campo de la música».
En los dos artículos anteriores dedicados a este problema (africanización del gusto musical europeo) quedó bien establecida, mediante un análisis de la música que, de hecho, escuchan y siguen los europeos y eurodescendientes, la africanización de su gusto musical. Beltenebros quiso ampliar el concepto para hablar de imbecilización del gusto musical europeo, al entender que el proceso no se limitaba a una africanización del mismo. Hubo bastante acuerdo en que es así, pero también en que la africanización tiene visos de ser el elemento principal de este proceso general (imbecilización musical) y en que la africanización no sólo concernía al gusto musical y a la música escuchada por los europeos, sino que se ampliaba a numerosos aspectos de la realidad y de la vida del europeo. Un elemento importante de todo este debate es la constatación de que la africanización musical admite grados. La africanización de la música, por tanto, no es un título polémico, sino una demostrada realidad.
Es básico comprender que cuando hablamos aquí de música africanizada nos referimos a música de consumo masivo gradualmente bestializada con elementos africanos degenerados.
1) Causas
Demostrar el hecho de la africanización musical conlleva una metodología diáfana consistente, sobre todo, en un análisis riguroso de la música en cuestión. La africanización musical ya ha sido demostrada, especialmente en el artículo del maestro Beltenebros (Daorino dixit) aquí publicado, Parámetros objetivos de la africanización musical. Pero hablar de causas y agentes en este proceso de africanización musical no es tan diáfano. Para empezar, podemos conjeturar que la africanización musical es un proceso o bien espontáneo, o bien inducido. Tanto en un caso como en otro nos es lícito sostener la presencia de agentes de africanización musical (individuos e instituciones, que han promovido, de modo consciente o no, tal deriva, y también cambios sociales). Por otro lado, no hay que entender la africanización musical como una evolución de la música clásica o folclórica en sentido africanizante. La africanización ha sido ante todo del gusto, con la imposición externa de unos géneros musicales africanizados, lo cual nos habla más de un proceso inducido que espontáneo. La música clásica y la folclórica, simplemente, han quedado desplazadas. Por último, el escenario en que han cristalizado los géneros africanizados que hoy predominan (rock, pop, metal, rap, salsa, etc.) está en Estados Unidos. Ahí es donde hay que estudiar este proceso. En Europa, en cambio, el análisis ha de centrarse en los medios por los que estos géneros creados en Estados Unidos se han difundido y en las condiciones que hicieron eso posible.
Así tenemos como causa de base (no retrocediendo más en las causas históricas) la existencia de una sociedad multirracial, el Estados Unidos del siglo XIX. Como condición necesaria (y también inevitable, como nos indica la comparación histórica entre sociedades multirraciales) el relajamiento, con el transcurrir del tiempo, de las barreras raciales, inherente a todo estado de este tipo y la multiplicación de espacios y posibilidades de mestizaje (musical y racial). Ahí es donde se producen los géneros africanizados. Como condiciones favorecedoras de la difusión de una música africanizada creada en Norteamérica tenemos el ascenso de este estado a la condición de superpotencia, la derrota europea en la Segunda Guerra Mundial y el contexto geopolítico de la Guerra Fría. Otro conjunto de condiciones, favorecedoras éstas de la positiva recepción de la música africanizada procedente de Estados Unidos, son el sabotaje a la formación musical europea desde los tiempos de la Revolución francesa (que deriva a la consideración de la música nada más que como mero ornamento), la proliferación de vanguardias “ilegítimas”, la museificación de la música y del arte en general (la música culta más frecuentada, y con diferencia, deja de ser la contemporánea) y los cambios socioeconómicos que generan un mercado amplio y listo para el consumo de un cierto tipo de música de producción y distribución masiva.
2) Consecuencias
Este fenómeno, para nosotros los europeos, significa, en primer lugar, la pérdida de la tradición musical culta y folclórica europea. En segundo, estupidización: renunciar a unos códigos, a una técnica, a un arte característicamente nuestro para adoptar otro, de naturaleza mucho más simple y pobre. No se debe renunciar al virtuosismo, ni aceptar el ruido sin resistencia alguna, como hoy ocurre. En tercer lugar, la africanización musical supone la ruina del espíritu europeo y de su impulso creador, mediante la vía de su ruina musical. Cuando un europeo aprecia al rap podemos decir que musicalmente se ha vuelto negro. La africanización musical implica, en cuarto lugar, una decadencia cognoscitiva, además de que anima al pesimismo y sirve de puente para la introducción de valores e ideas cosmopolitas (como poco). En quinto y último lugar, no hay que subestimar las potencialidades de la africanización musical como camino efectivo hacia el mestizaje y africanización racial. Primero la africanización de las almas, luego la de los cuerpos. En España ya se está dando algo de esto con la proliferación de las escuelas de salsa y la corrupción y emputecimiento racial que promueven en las mujeres españolas, convirtiendo a algunas de ellas en guarras interraciales. Otro ejemplo: la afición al rap entre adolescentes españolas les induce a zorrear con inmigrantes mulatos y negros. Todo parece poco para promover la promiscuidad racial.
3) Agentes
Una cuestión preliminar: los negros no son los agentes efectivos de la africanización del gusto musical europeo, ni los introductores en nuestro universo musical de música africana o africanizada. Los negros y algunos blancos en Norteamérica crearon, con aportes no negros, el blues, el jazz, el rhythm and blues. Sobre esta base, y con intervención ya predominantemente no negra, surgieron una serie de géneros musicales que hoy son muy seguidos por el público (rock-and-roll, rockabilly, heavy metal, punk, rock progresivo, música disco, etc.) Los negros y mestizos caribeños crearon posteriormente el hip hop, el rap y la salsa, géneros musicales nacidos de la misma concepción anticlásica y espuria del jazz. Por último, el pop es una mezcla simplona, una música para muy idiotas, en la que el jazz y lo negro degradado también están presentes. En el proceso de africanización musical, los negros han jugado un papel puramente instrumental (se limitaron a hacer la música, pero no fueron ellos quienes le dieron difusión entre blancos).
Pero el que los negros no hayan sido agentes de africanización, no significa que no los haya habido.
La africanización llegó a Europa por la vía de la imposición de Estados Unidos. Por un lado, una Europa derrotada en la guerra poca resistencia podía oponer a la agenda cultural que la superpotencia norteamericana tenía para ella. El historiador disidente Gerd Honsik, documenta este caso para Austria, y denuncia la introducción masiva del jazz en esta tierra alemana desde 1945, por parte de la CIA:
«Varios documentos demuestran que los 950 Clubes de Jazz – más tarde bautizados como discotecas – fueron abiertos en Austria después de 1945 según órdenes de la CIA».
Adiós Europa. El plan Kalergi. Un racismo legal. Gerd Honsik. Bright-Rainbow, Barcelona, 2005, pág. 128.
En Alemania y en Austria, perdedoras directas en la guerra y objetos de la llamada “desnazificación” de su vida cultural, las posibilidades de intervención política en la cultura y en la música eran evidentes. En el contexto de la subsiguiente Guerra Fría, la competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética por hacerse con el control del universo cultural y de las mentes de los europeos fueron manifiestas. Y en esta competición, como vemos, sólo perdió la cultura y la música europea. En Alemania, con una población aún bien educada musicalmente, hubo resistencia:
«Una audaz iniciativa del gobierno militar americano, los “Cursos de Verano de la Nueva Música de Darmstadt” casi acaban en disturbios después de que el disgusto sobre la nueva y radical música degenerase en abierta hostilidad. En unas conclusiones oficiales se decía: “Se llegó a admitir de forma generalizada que gran parte de esta música carecía de valor y que hubiese sido mejor no escucharla. Hubo críticas al excesivo papel otorgado a la música dodecafónica. Un crítico calificó el concierto como Triunfo del diletantismo… Los estudiantes franceses permanecieron al margen del resto y se las dieron de entendidos (y) su profesor, Leibowitz, sólo representa y admite como válida la música más radical y desprecia abiertamente cualquier otra. Su actitud es imitada por sus alumnos. Era opinión general que el (curso del) año siguiente habría de ser más variado”. Darmstadt, por supuesto, habría de convertirse en pocos años en bastión de la experimentación vanguardista en el campo de la música».
La CIA y la guerra fría cultural. Frances Stonor Saunders. Debate, Madrid, 2001, págs. 43-44.
La Escuela de Darmstadt puede ser considerada, sin duda alguna, como agente efectivo de africanización musical. También los dodecafonistas y los teóricos socioculturales del dodecafonismo. Nada mejor que estos experimentos-sabotajes musicales para alejar a la gente de la música culta.
Reinhold Wagnleitner, citado por Honsik, amplía el escenario de esta intervención cultural a todo el continente. En su estudio Coca-colonisation und Kalter Krieg dice:
«Los esfuerzos de los gobiernos de los EEUU de impresionar a los europeos con manifestaciones de alta cultura, formaban parte de la estrategia política, de reducir a la nada la cultura europea para integrar Europa en ese único mundo occidental de la Pax Americana».
Coca-colonisation und Kalter Krieg. Reinhold Wagnleitner. Verlag für Gesellschaftskritik, Wien, 1991, pág. 208. En ingles aquí.
Esto es coincidente con la tesis aportada por la citada Frances Stonor Saunders que, ciñendo su análisis a un período concreto del siglo que abarca al menos tres decenios y a un agente concreto, los servicios secretos estadounidenses, nos da cuenta de que ha sido un problema político de primer orden qué escuchaba el público europeo y qué le gustaba:
«El consorcio que construyó la CIA (…) fue el arma secreta con la que lucharían los Estados Unidos durante la guerra fría, un arma que, en el campo cultural, tuvo un enorme radio de acción. Tanto si les gustaba como si no, si lo sabían como si no, hubo pocos escritores, poetas, artistas, historiadores, científicos o críticos en la Europa de posguerra cuyos nombres no estuvieran, de una u otra manera, vinculados con esta empresa encubierta. (…) Entre los miembros de este consorcio había un surtido grupo de intelectuales radicales y de izquierda cuya fe en el marxismo y en el comunismo se había hecho añicos ante la evidencia del totalitarismo estalinista. (…) Refrendado y financiado por poderosas instituciones, este grupo no comunista monopolizó la vida intelectual de Occidente en la misma medida que el comunismo lo había hecho unos años antes (y además, muchas de las personas) fueron las mismas en ambos grupos» (págs. 14-15).
La CIA y la guerra fría cultural. Frances Stonor Saunders. Debate, Madrid, 2001, págs. 14-15.
En este contexto, la misma autora explica como las necesidades de política exterior de Estados Unidos determinaron la presencia abrumadora de lo negro en la música y el arte en general. Su presencia se entendía como medio de combatir la propaganda soviética acerca de las condiciones del negro en Estados Unidos:
«El problema de las relaciones raciales en Estados Unidos fue explotado al máximo por la propaganda soviética, y sembró en muchos europeos la duda sobre la capacidad de aquel país de practicar la democracia que decía ofrecer al mundo. Por esta razón se argumentaba que exportando músicos negros que actuasen en Europa se disiparían gran parte de estas dañinas concepciones. (…) La promoción de artistas negros habría de convertirse en máxima prioridad de los estrategas de la guerra fría».
Op. cit., pág. 39.
Durante el siglo XX, la música y la cultura en general han gozado de poca autonomía y han sido objeto de una masiva intervención política.
De este modo, la africanización musical del gusto europeo se explica parcialmente por las condiciones impuestas por su recién adquirido grado subalterno con respecto a Estados Unidos y por las presiones hegemónicas de la superpotencia americana en el contexto de la Guerra Fría. El medio fue el poder militar y político, pero también el económico.
El desarrollo económico de Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial, unido a lo dicho antes acerca del alejamiento de la música clásica “vanguardista” del público, y a un déficit formativo musical creciente, propicia la aparición de un amplio mercado, también musical, dispuesto a ser satisfecho mediante las modalidades de música que hoy identificamos como africanizadas.
La creación de las emisoras de radio de tipo llamado radiofórmula (emisoras de radio con un modelo de programación monotemático), concretamente las de tipo musical, termina siendo un elemento importantísimo para comprender el alcance que cobra la difusión de la nueva música (africanizada).
En España, por ejemplo, la radiofórmula surge como consecuencia de un decreto de 1965 obligando a las emisoras de Onda Media a crear una nueva emisión en la recién creada Frecuencia Modulada (FM). Dado que reducía costes, estas emisoras obligadas por el decreto aplicaron el principio de la radiofórmula musical, emitiendo música clásica. Pero un año después, la Cadena SER crea un programa musical infame, con mucho pop y algo de rock, llamado 40 principales, calco precisamente y muy significativamente, del Top 40 estadounidense. El éxito de este programa, inicialmente de dos horas de duración, hizo que también fuera emitido en Onda Media e igualmente que la duración creciera hasta alcanzar las 24 horas diarias.
Incidiendo más en el vector económico de la africanización del gusto europeo, no podemos dejar de hablar del papel jugado por la industria del enlatado musical, de las compañías discográficas. En principio pueden enlatarse distintos tipos de música. Pero la difusión y popularización, mediante la radiofórmula musical, de los distintos géneros africanizados (pop y rock particularmente) termina generando un mercado potencial de consumidores de música enlatada de estos géneros, que la industria satisface y que, ya por este mismo acto, retroalimenta el proceso de africanización musical del que venimos hablando. Así, estas industrias de producción y comercialización de música enlatada pueden ser considerados agentes efectivos en la africanización musical.
A esto solo falta a añadir que, tal y como sostiene Beltenebros en varios comentarios anteriores, el mercado musical es fundamentalmente conservador y que cuando el nivel desciende, por sí mismo no va a ascender. El gusto musical europeo fue castigado y degradado por la intervención cultural estadounidense (pública o secreta) desde 1945, por el fenómeno de la radiofórmula musical y por las necesidades de la industria discográfica. El proceso no ha hecho sino acentuarse con el paso del tiempo y el europeo medio de hoy puede ser definido perfectamente como un indigente musical.
Queda por explicar el proceso de africanización musical en el polo que serviría de difusión de música africanizada a Europa. Este polo es, como se ha dicho antes, Estados Unidos. Pero eso merece un estudio aparte.
Este artículo ha sido originalmente publicado en Círculo Identitario Nietzsche: http://circulo-identitario-nietzsche.blogspot.com/2011/02/causas-consecuencias-y-agentes-de-la_09.html
ResponderEliminarHa sido precedido por otros dos, complementarios a éste. Uno autoría de Beltenebros y otro del mismo autor que el de este tercero.
Saludos